La historia de Gina
Gina: Crecí en una casa en la que siempre hubo adicción a las drogas y al alcohol. Las cosas del pasado a veces le pasan factura a uno. Comencé a usar drogas a los 26 años. Durante este tiempo, estuve presa durante dos años seguidos. Hasta me perdí el segundo cumpleaños de mi hijo.
Un día, estando en la cárcel, mi asistente social me llamó a su oficina y me dijo que tenía un mensaje de la guardería de mi hijo. Que algunos miembros querían venir a visitarme y tratar de llevar a mi hijo también. Yo me quedé sorprendida. En ese momento me di cuenta de que aún había personas en este mundo que no solo se preocupaban por mí, la adicta hecha un desastre, sino por el bienestar de mi hijo y mi familia. Venía del corazón, como lo sentí.
Volví de la cárcel y fui directamente a la guardería a agradecerles a todos esos miembros del personal. Esas mujeres creyeron en mí y vieron más en mí cada día. Me dieron folletos para vacantes de empleo y me llevaban a las citas para guiarme en un camino positivo y estable en mi vida. Y entonces, la meta es ser una mejor mamá, una mejor persona. Y estoy sobria. [Risas] ¿Se imagina? [Risas] Así es.
Gina comparte la larga historia de adicción de su familia a las drogas y otras sustancias. También explica cómo el programa Head Start de su hijo se puso en contacto con ella en prisión para ayudarla a recuperarse. Gina recibió orientación positiva y fue capaz de reanudar su vida, libre de adicción, después de que fuera liberada de prisión. Este video se centra en el camino hacia la recuperación y en cómo el programa Head Start ayudó a Gina.